Thursday, October 22, 2009

Grecia

La noche anterior a que cruce a la isla de Samos en Grecia desde Turquía, había leído en el diario que en España habían regresado a una chica argentina que no tenía carta de invitación, un requisito bastante estúpido para entrar en la Unión Europea.

Santorini
En mi caso, no solo no tenia carta de invitación, sino que tampoco tenía pasaje de vuelta a Argentina, ni 60 euros por días durante tres meses, cosas básicas que te piden para entrar. Así que con un poco de paranoia me mande’ a entrar por una isla muy chica de Grecia que queda a dos quilómetros de la costa turca, Samos. Por suerte la entrada fue un trámite. Cuando salí del puerto me di cuenta porque. Los agentes de aduana tenían un problema bastante mas grande. Cientos de balseros por día que quieren meterse en la Comunidad Europea. Algunos de ellos vienen desde África vía Medio Oriente y Turquía. La imagen es triste, gente que hace días venia viajando escapando de condiciones de vida desastrosas, esposados contra el edificio de la Guardia Costera griega.



Europa!! Bellísima!! Carísima!! Mi primer destino fue Samos, isla paradisiaca. Obviamente carísima, compartí una habitación con una pareja de coreanos. Muy buena onda ambos, es mas, intente ensenarle a nadar a Bu, uno de ellos, pero no hubo caso, por mas que estuviésemos en el paraíso le tenía pánico al agua. Saltando de isla en isla vía Naxos, muy famosa en la historia de Grecia, principalmente como centro cultural, llegue a Santorini. Esa isla que uno ve en el artículo de viajes de la Viva del domingo después del asado y dice “ a vos te parece, mira lo que es este lugar!! Es el paraíso, pero debes necesitar una fortuna para ir ahí, mejor vayamos a las Toninas como todos los años viejo” No, no necesitas una fortuna para ir, después al que quiera le tiro buena data.



Me quede en lo de un amigo griego chef, Spyros, un grande, me paseo por todos lados, y como si fuera poco me llevo al único club de rock ‘n roll de la isla, que encima no hay ni un turista.


A diferencia del resto de los lugares paradisiacos en el mundo, donde la mano del hombre arruina el más espectacular de los paisajes, en Santorini, la mano del hombre le dio el glamour, la belleza y los miles de dólares que deja el turismo. Santorini pelada no es mas que una enorme roca volcánica que no vale ni dos pesos, pero los pueblos de la “caldera”, especialmente Oía, lo convirtieron en una obra de arte. Si la imagen del infierno en mi cabeza la asocio con Varanasi, India, la del cielo la asocio con Oía, Santorini.




Ahora. Criticas. Muy glamurosa, pero las playas son una mierda, llenas de piedras volcánicas que te cortan los pies, y si bien el agua es de un azul increíble, temes que sacrificar mínimo tres falanges de los dedos para entrar. Demasiado careta!! La gente se viste de lino, vestido de noche y tacos para ir a ver el atardecer, y cuando el sol se pone aplauden!! Que aplaudís soquete!! No sabes que el sol no se pone para darte un espectáculo a vos?? Perdón, me salió el intolerante de adentro, que se yo, que aplaudan todo lo que quieran, a mi me parece una pelotudez. Se respira un poco ese aire de gel para pelo, perfume de freeshop y risitas falsas, gracias a Dios mi amigo Spyros me llevo por la senda alternativa. De ahí zarpe a mamar un poco de historia, Atenas.





Atenas
Estoica, arrogante, sexy, porque no, especialmente cuando esta junto a Afrodita, se yergue la figura de Palas Atenea sobre la ciudad que lleva su nombre (Para los que la quieran ver en Buenos Aires, hay una escultura de bronce de ella en la cúpula del viejo edificio de la Razón, a metros de Plaza de Mayo sobre Avenida de Mayo)


Arranquemos con las criticas, porque muchas no hay en mi experiencia. Atenas nueva no te dice nada, es una ciudad insulsa, todo lo interesante esta en el casco histórico. Del famoso puerto del Pireo no queda nada, solo hay edificios cuadrados de la segunda mitad del siglo XX que nos recuerdan la arquitectura de mierda de ese periodo. Y si uno le pone algo de imaginación, se puede imaginar al Partenón en sus mejores épocas, porque la verdad ahora está destruido. Igual le ponen muchos huevos a la reconstrucción. También estaría bueno que ingleses, yanquis y franceses devuelvan las piezas que se punguearon de Grecia en años anteriores, especialmente los frisos del Partenón.



Mas allá de eso, es increíble pensar en que esos tremendos edificios fueron construidos dos mil quinientos años atrás. Usando un poco la cabeza, uno se imagina las épocas de gloria de esta ciudad, tanto cuando fue una de las ciudades estado más importante de la antigüedad así como también cuando estuvo bajo la regla del Imperio Romano.



El Museo de Atenas, cien por ciento recomendable, al igual que el Museo de la Acrópolis. Uno no deja de impresionarse de la habilidad de estos pibes para crear belleza pura.




En Atenas tuve la suerte de hospedarme con una chica de Couchsurfing (es largo de explicar, básicamente es gente que conoces por internet y de onda te da alojamiento). Vanesa, la chica que me hospedo’, como si fuera poco era una rockera de cepa, así que me llevo’ a los mejores clubes de rock de Atenas, donde hay una escena bastante grande de este género.
Pero andaba necesitado de un poco de viejas amistades. Así que por eso decidí irme directo para Barcelona, para encontrarme con el Vitu, amigo de toda la vida.