Tuesday, February 10, 2009

Cap 1. Los Tigres de la Malasia

Con las Petronas de fondo. Una obra de arquitectura moderna increible, y que no olvida las costumbres del pais.
Desde muy chico este nombre retumba en mi cabeza gracias a un tal Emilio Salgari, gracias a mi viejo que me regalo su libro, “Los Tigres de la Malasia”. Creo que inconscientemente esa fue la primera vez que me entro la inquietud por conocer oriente, de muy crío nomás. Por eso es paradójico que mi puerta de entrada a este nuevo mundo sea Malasia.
Posando con el resto de los nomades argentos en Cameron Highlands, yo, Maxi, Nachito, Edu y Agus.
KL-10 de enero de 2009. La primera sensación que tuve al llegar a Malasia fue la de volver a mi elemento, la sensación después de un anio de volver a un país en vías de desarrollo como la Madre Patria, tomarse el colectivo del aeropuerto a la ciudad y que el bondi sea parecido al 60 ramal Escobar. La segunda sensación se me dio cuando caí que estaba en una país de mayoría musulmana, después de tantos anios de interés y libros sobre el mundo musulmán finalmente, de a poco, me empecé a empapar un poco de éste. A la salida de un colegio musulman, que se vengan los chicos de todos lados!!!
Kuala Lumpur es una ciudad ciclotímica que no termina de definirse si es una metropolis ultamoderna con sus torres Petronas y grandes emprendimientos arquitectónicos, o si es el clásico estereotipo de ciudad oriental ascinada, atravesada por ríos, con las líneas de tensión a la vista y con las calles cortadas por los puestitos de comida, esa mezcla es lo que la hace interesante.Ya se lo que estan pensando, no, no me volvi nacional socialista y me deje el bigote. La cruz esvastica es un icono mucho mas antiguo que el regimen nazi. Esta esvastica hace mencion a conceptos hindues como la suerte, el Brahman, el concepto hindu de samsara (reencarnacion) o a Surya (dios del Sol).
Después de unos días de recorrer la ciudad y con la terrible pendiente de visitar el centro islámico, de lo cual pienso tomarme revancha en Indonesia, con la banda argenta a la cual se sumó Edu, Chilu y Nachito que venían de Bali, Vicky la prima de Agus y Vicky nuestra amiga de Nueva Zelanda, decidimos adentrarnos en la selva Malaya, mas específicamente Taman Negara.
Selva de Taman Negara.
China Town de Kuala Lumpu en anio nuevo chino con toda la banda.
Adentrada la madrugada llegamos a Kuala Tahan, pueblo puerta de entrada a la antiquísima Selva de Taman Negara, una de las mas viejas del mundo, cosa que se puede ver en la densidad y enormidad de sus árboles. Por suerte nuestro chofer Fais ya había hecho todos los arreglos para que nos esperen a la madrugada. Al día siguiente luego de desayunar en las balsas flotantes que resisten la corriente del río nos fuimos a caminar por los árboles, sisi, literalmente.Taman Negara pelotudeando con las lianas.
Entre estos árboles inmensos que están por toda la selva construyeron puentes, una especie de pueblo a lo Robin Hood. Esa tarde fuimos a hacer rafting con unos botes de madera clásicos del lugar, el típico bote de los ríos asiáticos, fino y bien largo.
Taman Negara pelotudeando en una cascada.
La verdad fue bastante pedorro, la salvo que hicimos guerra de agua entre bote y bote y terminamos en una arroyo muy bueno. La maniana siguiente tocó un trekking en la selva, donde nos cruzamos con lianas de las grandes e hicimos la gran Tarzán. La caminata termino en una cascada en el medio de la selva, muy linda, donde después de hacernos los clavadistas sufrimos las consecuencias de las sanguijuelas.
Taman Negara y las consecuencias de pelotudear con las sanguijuelas.
Que es una sanguijuela? Básicamente es un bicho de mierda que por más que uses zapatillas, medias, borceguíes, lo que sea, se te meten en el pie cuando son muy chicas y crecen con la sangre que te chupan. El tema no es que estén ahí prendidas, sino que a la hora de sacárselas son miles y te dejan todos las piernas ensangrentadas. Simplemente Taman Negara.
Nuestra choza quedaba pegada a una escuela musulmana, por lo que los días que estuvimos en Kuala Tahan cada vez que sonaba un recreo todos los chicos se te acercaban a jugar y sacarse fotos, vestidos con las clásicas vestimentas musulmanas, orgullosos de llevarlas y muy arregladas las nenas. Por eso no le den bola a todo lo que muchos llaman opresión sin saber cuando en realidad es costumbre y tradición. Los velos en Malasia no disminuyen a la mujer ni la pone en un segundo lugar, sino que la identifica con sus raíces, religión y su cultura, cada uno es libre de vestirse y usar lo que quiera acá, es más, el concepto de igualdad de género esta muy desarrollado en este país.
De Taman Negara nos fuimos para Cameron Highlands, unas plantaciones de té, bien, pintorescas, que se yo, comimos frutillas y tomamos té, mucho mas no podíamos hacer. Como las islas estaban cerradas por los Monsones llegó la hora de saltar de país, y aquí empezó la odisea del cruce de frontera a Tailandia.
16 de enero 2009 Sabíamos que para entrar a Tailandia estaban pidiendo vacuna de fiebre amarilla y pasaje de salida del país, ambas cosas de las cual carecíamos, por eso buscamos el cruce de frontera mas rústico, vía tren. Arranco con bondi que nos llevó de Cameron a Penang, donde, como no podía ser de otra forma, a las corridas llegamos al tren que cruzaba la frontera. Rezándole a Alá y Budhaa, los pesos pesados en esta región, llegamos al control fronterizo, y tratando de mantener el perfil lo mas bajo posible finalmente vino el sellito y la autorización para quedarnos 90 dias en Tailandia. Ya en otro país el tren siguió su marcha hasta Hat Yai, Tailandia, pero eso corresponde al próximo capítulo.

Sunday, February 8, 2009

Oz

El amanecer en Oz
Esta vez con compu que tiene acentos y ñ se viene un nuevo posteo desde esta tierra mágica de Oz, como le llaman a esta gigante isla por estos pagos, la cual me dejo tres meses increíbles, donde en Bondi Beach, Sydney, me senti comodo como en pocos lugares en el viaje, digamos que nos convertimos en una especie de locales para decirlo de alguna forma. Tuve mis viajes esporádicos a Newcastle para visitar a amigos australianos y asistir al casamiento de Fede Tetamanzi, un amigo argentino, y una familia amiga. En Bondi los días eran duros, después de un par de mudanzas y vivir de favores de Peter, un australiano que nos invito a quedarnos en su casa por unos días y después nos consiguió un depto genial a una cuadra de la playa, las manianas arrancaban temprano, a eso de las 8, ponerse el traje, agarrar la tabla y caminar una cuadra hasta el mar. Claro, el traje era de agua, muy distinto al viejo traje que usaba en el Ministerio.
Yendo al trabajo un rato antes para darme un chapuz'on
Un par de horas de surf, desayuno/almuerzo e ir a trabajar al puestito de bebidas en la playa, muy relajado, hablando con la gente, tomando un poco de sol y caminando la playa también.


La ardua vida de un cocacolero en Bondi Beach. En el fondo Agus y yo en la oficina.
A la tardecita venia la segunda sesión de surf, que duraba lo que dure el sol y más, y después, según el calendario, trabajábamos poniendo decoraciones de navidad durante la noche, nada muy estresante, como me recomendó algún hippie que conocí por ahí. Las cenas afuera básicamente tenían que ver con juntarse en las parrillas de la playa, llevarse su propia carne, escavio y juntarse con amigos de todas partes del mundo, franceses, suecos, italianos, argentos siempre presentes, brasileros, erc, etc. Durante unas semanas mi compañera de cuarto fue Melina, una italiana divina, loca, una genia total y una gran amiga, que me despertaba 6/7 de la maniana para contarme sus dilemas. Así transcurrieron los días en el depto de Curtlewis 131, con mi siempre leal copaniero de viaje y amigazo Agus, Sam, el pendejo canadiense fascinado con Latino America, Ritchie, el ingles correcto hasta que toca un par de cervezas, Eleonora la otra italiana de enorme corazón y Melina, mi tana preferida, mis erasmos. Blue Mountains e invasi'on de argentos. Chilu, Nacho, Vicky, Sam, Agus, Edu y yo.
Así como en Bondi hice una vida muy cosmopolita, necesitaba también salir un poco de ese enclave cuasi Naciones Unidas de la joda y empecé a salir un poco con locales, quienes me llevaron a clubes, clubcitos y sótanos del under de Sydney, es así como una noche, a través de Ainsley, una de mis australianas preferidas, terminé en una fiesta de una revista onda Rolling Stone australiana, fue interesante…. mucho pop, dragqueen, y cosa rara freak por ahí, bandas en vivo tocando ese pop pedorro onda Leandro Viernes, si no lo oyeron nunca son afortunados, no lo hagan, que se yo, todo bien, pero me faltaba mi querido rock and roll. Volviendo a la playa, el día a día del surf me daba cada vez más satisfacciones, y la cosa empezaba a fluir, hasta que un día, mas de ansioso que de otra cosa, me mande en una mar salvaje y con olas enormes que no les había prestado atención hasta estar metido en el baile. Ese baile casi me ahoga y me partió la tabla, la cual no era mía, sino de Ritchie, uno de mis flatmates, pero de todas formas pude arreglarla. Si bien me di un par de golpes feos y estuve bastante tiempo debajo del agua, la vista y la sensación hicieron que valga la pena. Estar montado sobre la tabla y que una mole de agua de tres metros que esta a punto de desmoronarse te atraviese para luego ver como esa gigante pared literalmente explota para arriba y deja una lluvia torrencial llena de arco iris detrás tuyo, no tiene precio….buen, en realidad si lo tiene, comprar el material para arreglar la tabla después, pero es una cosa menor.
Casi sin darnos cuenta llegaron las fiestas. Esta navidad fue sin el pan dulce, ni vittel tone y lo más importante, sin la familia, lo que más se extraña. Sin embargo, se puede decir que pasamos unas fiestas a pura fiesta, mucho extranjero y mucho brindis.


Fiesta babilonica en el nacimiento de Jebuuuussssss!!! como ya dije, mucha gente hablando lenguas raras. Un quilombo!!!

Fin de anio se paso debajo del Harbour Bridge y frente al Opera House. Típica imagen de “así empieza el nuevo año en el mundo “de todos los noticieros que tienen que llenar el espacio porque el 31 de diciembre no hay ni una noticia para dar.


Arranca el 2009 en el Harbour Bridge y la Opera House.


Entre Fernet y fiesta latina en la calle vimos los fuegos artificiales. A los pocos días cayo mi cumpleaños, como no podía ser de otra forma el depto se lleno de gente hablando en idiomas raros y por supuesto no hubiese sido una verdadera fiesta si no hubiese caído la policía para bajar el volumen, con la que me dijeron que tuve una charla muy agradable y hasta que casi se quedan a tomar unas cervezas con nosotros.
5 de enero. Después de las despedidas y promesas, con Agus, Maxi y auto alquilado encaramos para el norte, el objetivo era Gold Coast donde teníamos que tomarnos un pájaro que nos lleve a Asia. La primera noche fue en una playa en Newcastle donde no solo tuve el enorme placer de surfear durante el amanecer, con el sol bañando el mar en dorado, sino que en una ola se me unieron una pareja de delfines que también iban corriendo la ola, la compania perfecta.
La m'aquina, la tabla, y la playa de los delfines, Newcastle.
El periplo nos llevo a nuestro próximo destino, una reserva cerca de Port Mcquire, donde enterramos el auto en un banco de arena en el medio del bosque donde no había absolutamente nada. Ya casi resignado caminé como 5 kilómetros hasta encontrar a una típica familia del bosque australiano, que cazan o pescan su cena, que destilan su propia cerveza, pero que por suerte también tienen 4x4 y estaban acampando cerca. No solo nos sacaron el auto, sino que también nos dieron de cenar, nos dieron de tomar y nos habilitaron una carpa para dormir. Al otro día, después de pescar el único pescado q pesque en mi vida, despedida y rumbo Byron Bay. Pueblo increíble, hippie, surfer, con una ola derecha perfecta. Mucha onda, bandas callejeras, gente relajada, me sentí en mi salsa. Pasamos dos noches de colados en un camping y después de vender mi tabla, regalo de Peter, en una casa de empeño, seguimos viaje hacia Gold Coast que no es mas que una Miami del hemisferio sur, y ya que estábamos por ahí no podíamos dejar de pasar por Brisbane, donde después de una noche de despedida fuimos a dormir a la casa de mi amiga Stephanie, otra gran amiga australiana. Como siempre a las apuradas y con el tiempo justo llegamos al aeropuerto rasgunieando la mesa del check in. Rumbo a Malasia con Vicky, Maxi y Agus.
Con la promesa de volver a este increíble país, lleno de bichos raros y gente hermosa, pusimos el pie en el Airbus 40 de Air Asia para encarar nuestra próxima derrota o destino, Kuala Lumpur, Malasia.