Esta vez con compu que tiene acentos y ñ se viene un nuevo posteo desde esta tierra mágica de Oz, como le llaman a esta gigante isla por estos pagos, la cual me dejo tres meses increíbles, donde en Bondi Beach, Sydney, me senti comodo como en pocos lugares en el viaje, digamos que nos convertimos en una especie de locales para decirlo de alguna forma. Tuve mis viajes esporádicos a Newcastle para visitar a amigos australianos y asistir al casamiento de Fede Tetamanzi, un amigo argentino, y una familia amiga. En Bondi los días eran duros, después de un par de mudanzas y vivir de favores de Peter, un australiano que nos invito a quedarnos en su casa por unos días y después nos consiguió un depto genial a una cuadra de la playa, las manianas arrancaban temprano, a eso de las 8, ponerse el traje, agarrar la tabla y caminar una cuadra hasta el mar. Claro, el traje era de agua, muy distinto al viejo traje que usaba en el Ministerio.
Yendo al trabajo un rato antes para darme un chapuz'on
Un par de horas de surf, desayuno/almuerzo e ir a trabajar al puestito de bebidas en la playa, muy relajado, hablando con la gente, tomando un poco de sol y caminando la playa también.
La ardua vida de un cocacolero en Bondi Beach. En el fondo Agus y yo en la oficina.
A la tardecita venia la segunda sesión de surf, que duraba lo que dure el sol y más, y después, según el calendario, trabajábamos poniendo decoraciones de navidad durante la noche, nada muy estresante, como me recomendó algún hippie que conocí por ahí. Las cenas afuera básicamente tenían que ver con juntarse en las parrillas de la playa, llevarse su propia carne, escavio y juntarse con amigos de todas partes del mundo, franceses, suecos, italianos, argentos siempre presentes, brasileros, erc, etc. Durante unas semanas mi compañera de cuarto fue Melina, una italiana divina, loca, una genia total y una gran amiga, que me despertaba 6/7 de la maniana para contarme sus dilemas. Así transcurrieron los días en el depto de Curtlewis 131, con mi siempre leal copaniero de viaje y amigazo Agus, Sam, el pendejo canadiense fascinado con Latino America, Ritchie, el ingles correcto hasta que toca un par de cervezas, Eleonora la otra italiana de enorme corazón y Melina, mi tana preferida, mis erasmos. Blue Mountains e invasi'on de argentos. Chilu, Nacho, Vicky, Sam, Agus, Edu y yo.
Así como en Bondi hice una vida muy cosmopolita, necesitaba también salir un poco de ese enclave cuasi Naciones Unidas de la joda y empecé a salir un poco con locales, quienes me llevaron a clubes, clubcitos y sótanos del under de Sydney, es así como una noche, a través de Ainsley, una de mis australianas preferidas, terminé en una fiesta de una revista onda Rolling Stone australiana, fue interesante…. mucho pop, dragqueen, y cosa rara freak por ahí, bandas en vivo tocando ese pop pedorro onda Leandro Viernes, si no lo oyeron nunca son afortunados, no lo hagan, que se yo, todo bien, pero me faltaba mi querido rock and roll. Volviendo a la playa, el día a día del surf me daba cada vez más satisfacciones, y la cosa empezaba a fluir, hasta que un día, mas de ansioso que de otra cosa, me mande en una mar salvaje y con olas enormes que no les había prestado atención hasta estar metido en el baile. Ese baile casi me ahoga y me partió la tabla, la cual no era mía, sino de Ritchie, uno de mis flatmates, pero de todas formas pude arreglarla. Si bien me di un par de golpes feos y estuve bastante tiempo debajo del agua, la vista y la sensación hicieron que valga la pena. Estar montado sobre la tabla y que una mole de agua de tres metros que esta a punto de desmoronarse te atraviese para luego ver como esa gigante pared literalmente explota para arriba y deja una lluvia torrencial llena de arco iris detrás tuyo, no tiene precio….buen, en realidad si lo tiene, comprar el material para arreglar la tabla después, pero es una cosa menor.
Casi sin darnos cuenta llegaron las fiestas. Esta navidad fue sin el pan dulce, ni vittel tone y lo más importante, sin la familia, lo que más se extraña. Sin embargo, se puede decir que pasamos unas fiestas a pura fiesta, mucho extranjero y mucho brindis.
Así como en Bondi hice una vida muy cosmopolita, necesitaba también salir un poco de ese enclave cuasi Naciones Unidas de la joda y empecé a salir un poco con locales, quienes me llevaron a clubes, clubcitos y sótanos del under de Sydney, es así como una noche, a través de Ainsley, una de mis australianas preferidas, terminé en una fiesta de una revista onda Rolling Stone australiana, fue interesante…. mucho pop, dragqueen, y cosa rara freak por ahí, bandas en vivo tocando ese pop pedorro onda Leandro Viernes, si no lo oyeron nunca son afortunados, no lo hagan, que se yo, todo bien, pero me faltaba mi querido rock and roll. Volviendo a la playa, el día a día del surf me daba cada vez más satisfacciones, y la cosa empezaba a fluir, hasta que un día, mas de ansioso que de otra cosa, me mande en una mar salvaje y con olas enormes que no les había prestado atención hasta estar metido en el baile. Ese baile casi me ahoga y me partió la tabla, la cual no era mía, sino de Ritchie, uno de mis flatmates, pero de todas formas pude arreglarla. Si bien me di un par de golpes feos y estuve bastante tiempo debajo del agua, la vista y la sensación hicieron que valga la pena. Estar montado sobre la tabla y que una mole de agua de tres metros que esta a punto de desmoronarse te atraviese para luego ver como esa gigante pared literalmente explota para arriba y deja una lluvia torrencial llena de arco iris detrás tuyo, no tiene precio….buen, en realidad si lo tiene, comprar el material para arreglar la tabla después, pero es una cosa menor.
Casi sin darnos cuenta llegaron las fiestas. Esta navidad fue sin el pan dulce, ni vittel tone y lo más importante, sin la familia, lo que más se extraña. Sin embargo, se puede decir que pasamos unas fiestas a pura fiesta, mucho extranjero y mucho brindis.
Fiesta babilonica en el nacimiento de Jebuuuussssss!!! como ya dije, mucha gente hablando lenguas raras. Un quilombo!!!
Fin de anio se paso debajo del Harbour Bridge y frente al Opera House. Típica imagen de “así empieza el nuevo año en el mundo “de todos los noticieros que tienen que llenar el espacio porque el 31 de diciembre no hay ni una noticia para dar.
Arranca el 2009 en el Harbour Bridge y la Opera House.
Entre Fernet y fiesta latina en la calle vimos los fuegos artificiales. A los pocos días cayo mi cumpleaños, como no podía ser de otra forma el depto se lleno de gente hablando en idiomas raros y por supuesto no hubiese sido una verdadera fiesta si no hubiese caído la policía para bajar el volumen, con la que me dijeron que tuve una charla muy agradable y hasta que casi se quedan a tomar unas cervezas con nosotros.
5 de enero. Después de las despedidas y promesas, con Agus, Maxi y auto alquilado encaramos para el norte, el objetivo era Gold Coast donde teníamos que tomarnos un pájaro que nos lleve a Asia. La primera noche fue en una playa en Newcastle donde no solo tuve el enorme placer de surfear durante el amanecer, con el sol bañando el mar en dorado, sino que en una ola se me unieron una pareja de delfines que también iban corriendo la ola, la compania perfecta.
5 de enero. Después de las despedidas y promesas, con Agus, Maxi y auto alquilado encaramos para el norte, el objetivo era Gold Coast donde teníamos que tomarnos un pájaro que nos lleve a Asia. La primera noche fue en una playa en Newcastle donde no solo tuve el enorme placer de surfear durante el amanecer, con el sol bañando el mar en dorado, sino que en una ola se me unieron una pareja de delfines que también iban corriendo la ola, la compania perfecta.
La m'aquina, la tabla, y la playa de los delfines, Newcastle.
El periplo nos llevo a nuestro próximo destino, una reserva cerca de Port Mcquire, donde enterramos el auto en un banco de arena en el medio del bosque donde no había absolutamente nada. Ya casi resignado caminé como 5 kilómetros hasta encontrar a una típica familia del bosque australiano, que cazan o pescan su cena, que destilan su propia cerveza, pero que por suerte también tienen 4x4 y estaban acampando cerca. No solo nos sacaron el auto, sino que también nos dieron de cenar, nos dieron de tomar y nos habilitaron una carpa para dormir. Al otro día, después de pescar el único pescado q pesque en mi vida, despedida y rumbo Byron Bay. Pueblo increíble, hippie, surfer, con una ola derecha perfecta. Mucha onda, bandas callejeras, gente relajada, me sentí en mi salsa. Pasamos dos noches de colados en un camping y después de vender mi tabla, regalo de Peter, en una casa de empeño, seguimos viaje hacia Gold Coast que no es mas que una Miami del hemisferio sur, y ya que estábamos por ahí no podíamos dejar de pasar por Brisbane, donde después de una noche de despedida fuimos a dormir a la casa de mi amiga Stephanie, otra gran amiga australiana. Como siempre a las apuradas y con el tiempo justo llegamos al aeropuerto rasgunieando la mesa del check in. Rumbo a Malasia con Vicky, Maxi y Agus.
Con la promesa de volver a este increíble país, lleno de bichos raros y gente hermosa, pusimos el pie en el Airbus 40 de Air Asia para encarar nuestra próxima derrota o destino, Kuala Lumpur, Malasia.
Con la promesa de volver a este increíble país, lleno de bichos raros y gente hermosa, pusimos el pie en el Airbus 40 de Air Asia para encarar nuestra próxima derrota o destino, Kuala Lumpur, Malasia.
1 comment:
Idolo !!!!
Lo lograste fer. sos un orgullo .
Hijo de la playa !!!
Te extrano , fue lo mas cuando estuvimos con el pela.
Siempre lo voy a tener en mi cabeza y en el alma , bro.
Escribime que te nesecito.
luqui
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