Como fue mi vuelta por la India?
De Singapur volé a Chennai, una ciudad en el sur, sinceramente fea. En el aeropuerto conocí a un singapurense que me dijo que un amigo lo estaba esperando y que si quería me tiraba en mi hostel, el cual había reservado porque sabía que llegaba a las 12 de la noche. Pero señores, bienvenidos a la India. “Ehh!! What booking?” me dijo el señor que me atendió en el hostel en camiseta, que a continuación paso a explicarme que podía dormir en el piso, en el pasillo. Entre una cosa y la otra el mismo chango que me tiro en el hostel, me ofreció quedarme en su hotel con su amigo y él, en la misma habitación. Muchas opciones no tenia, así que acepte solo para mas tarde caer en que no solo eran amigos, sino que había algo mas, unos roces, caricias…..caramba, primer noche en India estaba yendo a dormir en una habitación con una pareja gay que recién había conocido en el aeropuerto, estaba jugadisimo. Tuve miedo, tuve mucho miedo….al punto e dormir con la navaja abierta debajo de la almohada. Por suerte resultaron ser buena onda los muchachos y, citando otra vez a Charly, abrace la luz al amanecer.
Sin darle ni una chance a Chennai, al otro día me embarque en un tren de 33 horas a Delhi ya que tenía que hacer unos papeles en la embajada argenta. Los trenes en India; el orgullo nacional, y con razón. Llegan a todos lados, por dos mangos y se viaja muy bien, siempre y cuando no viajes en segunda. Eso sí, compra el ticket con anticipación ya que por día viajan 14 millones de personas, es muy jodido encontrar ticket en el día. Después de esas 33 placenteras horas, llegue’ a Delhi y encare’ para Prahanbar, el barrio mochilero detrás de la estación de tren. En un paneo general es como la 31 de Retiro pero en donde podes caminar tranquilo sin temer que te afanen. Después de visitar el Fuerte Rojo y Jamal Masjid, la mezquita más grande de India, encare para la parada obligada, el Taj Mahal en Agra. Todos estos palacios del norte de la India fueron construidos por los Mogules, una sucesión de emperadores musulmanes. Y si chicas, suspiren, porque semejante edificio tan increíble como el Taj Mahal, es por una mujer. Vale aclarar que es la tumba de una mujer, la emperatriz Mumtaz Mahal. El Taj, una obra de arte, como toda la arquitectura Mogul, mucho mármol y grabados. De ahí Jodaipur, mas fuertes y ciudades amuralladas, otro tren de vuelta a Delhi para encontrarme con mi infatigable compañero de aventuras después de un mes, Agus.
Con Agus decidimos ir al Rahjistan, el desierto en la frontera con Pakistán. Los dos siendo de Buenos Aires y habiendo padecido los subtes porteños en verano, creímos que íbamos a poder aguantar el calor. Y lo hicimos, a duras penas. Se nos ocurrió la estúpida idea de hacer un safari por el desierto de tres días en camello, en la época más calurosa del año. Que idiotas no? Igual valió la pena, las noches durmiendo a la intemperie en el desierto pagaron lo que costo bancarse el calor del día. Harto del calor, encaramos para el norte, una breve pasada por Amritsar, en Punjab, casa de los Sikhs, los tipos con turbantes y cara de jodidos, y finalmente llegamos a las alturas de los HImalayas donde nos refrescamos un poco.
Mc Leod Ganj es un pueblo lleno de refugiados tibetanos que rajaron de la represión china y donde vive, cuando no está viajando, el Dalai Lama. Quien es el Dalai Lama? Olvídense del mano chanta de Olmedo, este monje, EL monje budista por excelencia, es el líder espiritual y político del Tíbet. Político es una forma de decir, ya que el Tíbet está ocupado hace 50 años por China y por cada boludo que se pone una remera de “Free Tíbet”, hay 50 miembros del partido comunista chino que se le cagan de risa. Muchachos, es hora de dejar de ser tan ingenuos y pensar que la meditación y el dialogo con un país vecino que te está invadiendo van a lograr la paz mundial. Si no preguntale a un tibetano si el dialogo pacifico evito que perdiera su país? En fin, este pueblo tan lindo en el medio de la montaña, con buen morfi, buena atmosfera y lleno de monjes buena onda, también está lleno de hippies pelotudos que saben mucho de las pashmina de “free Tíbet” pero que no entienden tres carajos de política.
Dalai, sos un groso, te re contra quiero y admiro, pero la próxima vez si ves que estén amasijando a tu gente, en vez de repetir la palabra “budabudabuda…..” mil veces para meditar, ármate una guerrilla armada o preparate un buen ejercito para defender a tu país. Ahora es tarde, y nos guste o no, y después de tanta sangre y lagrimas, el Tíbet solo existe en la memoria de la gente, se lo trago China, y lamentablemente se ve a los tibetanos mas como personas espirituales y simpáticas que como una nación que quiere recuperar su tierra.
De Mc Leod Ganj nos fuimos a Manali y de ahí a Vashist, un pueblo a los pies de los Himalayas muy tranqui, donde nos dedicamos con Agus a leer, jugar al ajedrez y comer. Por segunda vez nos despedimos con Agus. Mi compañero de aventuras finalmente volvió para Argentina y yo seguí camino a Leh, un pueblo ubicado en el medio de los Himalayas. El viaje fue una tortura. Dos días en bondi local, por camino montañoso, hecho mierda y lleno de curvas. Pero el paisaje valio la pena. Ni el escritor mas talentoso del mundo podría describir el paisaje entre Manali y Leh.
Una vez de vuelta en la llanura, encare’ para Varanasi, o Benares, su nombre antiguo, la ciudad de los muertos. Y justamente, la sensación que uno tiene al estar en este lugar es “muerte’. La ciudad sagrada por excelencia de la India, a orillas del rio Ganga, o Ganges como se conoce en occidente, es una mezcla de palacios antiguos de todos los Maharajas de la India, mugre, como toda la India, vendedores insoportables, cenizas y cadáveres flotando en el rio. A la mañana temprano un ejército de locales baja al rio para rezar, bañarse, lavar la ropa, los dientes! Es normal que al realizar todas estas actividades vean un fiambre pasar flotando a metros suyo, porque a pesar de a que los muertos se los crema en los gaths, o bajadas al rio, hay excepciones como las mujeres embarazadas, los niños y los “hombres sagrados” a los cuales se los arroja directamente al rio. En la otra margen del rio, como si hubiese habido un naufragio, se encuentran docenas de cadáveres siendo comidos por perros, cuervos y hombres!! Sisi, hay tipos que se hacen llamar sagrados y que comen cierta parte de los cadáveres. Al mismo tiempo el aire está cubierto de cenizas de cadáveres cremados a la orilla del rio que el viento lo esparce por todos lados.
El calor es insoportable, al igual que el olor. Es un lugar al que definitivamente hay que ir para entender algo de la India, pero no es un lugar en el que te gustaría vivir por seguro, ya que acá se viene a morir.
Después de un par de ciudades más y una rápida visita a Nepal, en Patna, tome’ mi último tren indio, Patna-Delhi, para abordar el avión que me trajo hasta Turquía.
India definitivamente es un país para descubrir, pero no solo porque sea distinto, sino también porque el concepto de que India es Gandhi, que tenemos en occidente, está totalmente errado. India se contradice constantemente, siendo una sociedad con valores totalmente superficiales como el status, el poder, el dinero y las castas, y a la vez con una carga espiritual milenaria de la que no se quieren ni pueden desprender. Como dije en el titulo, India esta loca, pero es una loca linda.
Estambul
10 years ago
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